Por Luis Vidal:
Ya extrañaba ver algo de cine mexicano y qué mejor que la controvertida y aplaudida La Otra Familia. Y es que hace rato se esperaba una película que tratara el tema de la adopción y el matrimonio gay; y, como reza la advertencia que aparece en los posters promocionales, esta película podría cambiar tu opinión más no tu opción sexual.
Hendrix (Bruno Loza) es un niño de 7 años, hijo de una madre adicta al crack, que es recogido por una de sus vecinas cuando su progenitora se desaparece con el marido. La vecina (Ana Serradilla) debe salir de viaje y le encarga al niño a su hermano Jean Paul (Jorge Salinas), que ya tiene 10 años de feliz convivencia con su novio Chema (Luis R. Guzmán). Como imaginarás, la pareja no tiene idea de como criar a un niño y no les gustará demasiado la idea pero de a poquitos le irán agarrando cariño al chamaco.
Pero ahí no acaba la cosa porque tenemos también un sacerdote pro-gay con una interesante afición por las donaciones, una pareja heterosexual de lo más disfuncional y el marido de la mamá adicta, que querrá hacerse con el niño para venderlo.
Ahora sí, la mesa está servida para polemizar en todos los aspectos posibles. Y es que su director y guionista, Gustavo Loza, tiene claro el mensaje que quiere dejar: las parejas homosexuales puden ser tan buenos o mejores padres que las heterosexuales, que suelen ser mucho más disfuncionales porque en muchos casos no los une el amor; que padre es el que cría y no el que engendra; que la iglesia sí puede ser inclusiva y no perder su credibilidad en el intento; que la justicia, lejos de ser imparcial, es prejuiciosa; y que el que vende no consume xD
Loza hace un trabajo bastante bueno dirigiendo y aún mejor escribiendo, pues la historia es conmovedora, toca fibra y no dejará a ninguno indiferente. Desde las primeras escenas, en que se ve a Jean Paul y Chema dándose un apasionado beso sabemos que la pela no se anda con rodeos y se mostrará las cosas como son.
Las actuaciones están muy bien, sobre todo la de la pareja protagonista, que además de aportar mucho humor también dan una muestra de humanidad que ya no se ve en las salas tan seguido. Bruno Loza muestra mucho potencial interpretando al pequeño Hendrix; mientras que las actuaciones secundarias están bastante bien, llevándose las palmas el jardinero Gabino (Silverio Palacios), que tienes las líneas más hilarantes del film. También destaca Nailea Norvind (Nina) como la madre drogadicta a la que se puede odiar y compadecer al mismo tiempo.
Sin embargo, también hay uno que otro defectillo, que en realidad no es demasiado relevante pero que sí le hace perder un par de puntos al film: las transiciones elegidas (disolvencias a negro) no son las mejores y pueden bajarle un poco el ritmo a la pela; y la secuencia a lo videoclip de MTV que, aunque clásica del cine mexicano, desentona un poco con la carga dramática del momento.
Aún así, La Otra Familia es una película grande, inmensa, no por el costo de producción ni su espectacularidad, pues es más o menos un film modesto. Su grandeza radica en el mensaje, tan simple y complejo a la vez que puede cumplir la advertencia mencionada anteriormente. Y ojalá que así sea pues un film tan humano como éste podría cambiar tu opinión y deshacer muchos prejuicios. Muy, pero muy recomendable :D
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