Un ligero silencio se abrió paso y por un breve instante creí estar solo en la habitación. No fue hasta que un almohadón golpeo mi espalda, haciendo que casi me vaya de cara contra el espejo junto al armario, que me di cuenta de que Cass seguía ahí.
-Escucha y toma nota pequeño -dijo mientras recogía el letal almohadón- en lo único que deberías preocuparte en hacer, es ser feliz.
Mire nuevamente hacia el espejo, atento en caso de otro “almohadonezco” ataque, y por más cómodo que me sentía no podía evitar cuestionar lo que estaba viendo. Enfrente de mí, usando uno de los viejos vestidos de Cass, estaba yo, un chico fingiendo ser algo que no era.
-¿Cómo? –Pregunté sin dejar de mirar el espejo- si ni siquiera sé lo que realmente quiero.
Sin darme cuenta, una lágrima se estaba deslizando por mi mejilla. Antes de que pudiera disimularla escuche los pasos de Cass acercándose. No sabía si culpar al polvo o simplemente esperar otro almohadazo, pero para mi sorpresa solo se puso detrás mío y mientras me miraba por el espejo, me acaricio la cabeza para luego despeinarme.
-¿Tu eres feliz? –le pregunte mientras me acomodaba el cabello
-¡Claro! ¿Acaso no me ves? –dijo mientras ponía una sonrisa de oreja a oreja
Acto seguido vi como el almohadón, que reposaba en su mano izquierda, se estaba acercando. Instintivamente me cubrí pero el golpe que estaba esperando nunca llego, en su lugar solo escuche una carcajada.
-¿Có… cómo lo lograste?
-¿Qué cosa pequeño? –dijo entrecortadamente por la carcajada que había soltado
-Ser feliz… ¿cuál es tu secreto?
-Uhm ¿Cómo llegue a ser feliz?
Voltee para mirarla directamente al rostro mientras esperaba su respuesta, lo cual fue mala idea ya que lo que me esperaba era el almohadón, y esta vez el golpe si llego. Aun con la cabeza agredida, seguí mirándola esperando su respuesta.
-Bueno Nico… -dijo mientras acariciaba nuevamente mi cabeza en la zona golpeada- mi secreto es que no hay secreto.
Quede más confundido de lo que estaba ¿eso era todo? ¿no tenía esperanza? Parecía que no… pero antes de que fuera a saltar de algún puente, Cass siguió hablando.
-El primer paso para ser verdaderamente feliz siempre será aceptarte a ti mismo, no limitarte por lo que tu entorno o la sociedad crea correcto, solo sé tú mismo.
-¿Yo mismo…?
-Cuando deje de importarte lo que escuches del resto y comiences a escucharte a ti, veras como sonreír se volverá cosa de todos los días.
Mire nuevamente hacia el espejo mientras Cass dejaba la habitación. Por más cómodo que me sentía aun no podía evitar cuestionar lo que estaba viendo. Enfrente de mí, usando uno de sus viejos vestidos, estaba yo, un chico fingiendo ser algo que no era.
Mire alrededor de la habitación buscando donde Cass había dejado mi ropa y di con el almohadón, mi más reciente Némesis, que yacía en el suelo al costado del armario. Al recogerlo, note un peculiar lazo rojo pegado en su superficie. Fue casi un reflejo, me cerciore de estar realmente solo en la habitación y me acomode el cabello con el para darme una última mirada antes de cambiarme.
Enfrente de mí, usando uno de los viejos vestidos de Cass, estaba yo, un chico… ¿fingiendo? o tal vez por primera vez... estaba siendo él mismo. Me di una última mirada, no pude evitar sonreír.
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