"Un argentino y un chino, unidos por una vaca que cayó del cielo", esa es la premisa de esta película argento-española protagonizada por el siempre efectivo Ricardo Darín.

Pero Un Cuento Chino es más que la premisa, mucho más. Esta comedia dramática de corte fantástico es una más de esas maravillas que el cine argentino nos ha regalado en los últimos años.

Roberto (Ricardo Darín) es un cincuentón hermitaño dueño de una ferretería, de esos que viven pegados a detalles que podríamos considerar insignificantes. Un día como cualquiera se topa con Jun (Ignacio Huang), un inmigrante chino que acabado de llegar la Argentina es asaltado y abandonado a su suerte. Roberto dejará salir el buen samaritano que todos tenemos dentro y recogerá al pobre chino que al parecer anda en busca de un tío suyo. El único problema es que ninguno de los dos habla el idioma del otro. Sin saber qué hacer con el recién llegado, Roberto tendrá que arreglárselas para convivir con Jun hasta hallar una salida.

Dirigida y escrita por el bonaerense Sebastián Boresztein, Un Cuento Chino está basado en un hecho de la vida real: Una vaca cayó de un avión y se estrelló en un barco pesquero, hundiéndolo. Y puede que la idea suene descabellada para una película, pero... ¿la vida es eso , no? Una serie de eventos descabellados a los que terminamos acostumbrándonos. Además de su buen guión está esa forma de contar la historia que recuerda a Amelié. Aquí ya están jugando a la altura de Hollywood.

Como siempre Ricardo Darín (para mí, el mejor actor de Latinoamérica hoy por hoy) está espectacular, y ayudado por el ingenioso Boresztein, tiene los insultos perfectos, las maneras precisas y ese rostro duro que puede transmitir tantas cosas cuando llega el momento. Secundan muy bien Muriel Santa Ana (Mari) e Ignacio Huang, que logra transmitir, aunque en chino, la desesperación de aquel que llega a una tierra extraña y no sabe a quién recurrir.

Un Cuento Chino es divertida, conmovedora, bizarra pero en el buen sentido; una de esas películas que luego de ver sientes que te han dejado algo, o que algo has aprendido. Muy, muy recomendable.