Por Luis Vidal:
La espera llegó a su fin y ya tenemos en nuestras salas la primera parte del último capítulo de una de las sagas más importantes de la historia del cine. Y no es para menos, pues Harry Potter y Las Reliquias de la Muerte es de las mejores entregas de la franquicia.
El mundo mágico está sumido en las tinieblas, Lord Voldemort y sus mortífagos han tomado el control y ya nadie está a salvo. Harry, Ron y Hermione emprenden el viaje de sus vidas en busca de los fragmentos del alma de aquel-que no-debe-ser-nombrado para derrotarlo.
Siendo esa la premisa cabe esperar una trepidante carrera contra el tiempo llena de persecuciones, batallas y muerte... y eso es precisamente lo que obtendremos: La secuencia inicial del escape de Harry de la casa de Privet Drive es emocionante y llena de acción; además, está cargada de una nostalgia inmensa que nos lleva al pasado cuando, siendo un niño, descubre su verdadero origen.
La tensión en la película es constante y no decae, cada batalla lleva a una nueva pista sobre cómo vencer a Voldemort y cada pérdida los sume más en la desesperación por encontrar la salida antes que sea tarde. No sólo eso, también tendrán que enfrentar los sentimientos propios de su edad: celos, frustración, impotencia, la amistad de los protagonistas bajo prueba de fuego.
Conforme avanza el film, los guiños al pasado que nos llenan de nostalgia: estos chicos crecieron con nosotros, vivimos cada triunfo suyo y sentimos el dolor de cada una de sus pérdidas, y ese es otro de sus puntos fuertes: la emotividad.
Existen momentos entrañables que de seguro quedarán grabados en la memoria: la escena en que Harry y Hermione bailan para pasar el mal rato y dejan ver en sus miradas ese "qué pasaría sí..." (que todos nos hemos preguntado alguna vez) es perfecta; pero también hay otros que nos arrancarán una que otra lágrima: la escena de Dobby, el elfo doméstico, en la playa, es desgarradora.
La dirección de David Yates es acertada y se nota la mejora con respecto a las entregas anteriores: ahora se usa más la cámara al hombro que da cierto aire de documental a algunas escenas e incluye una secuencia de animación (cuando Hermione relata la historia de las Reliquias de la Muerte) que es por demás interesante.
Y así, entre espectaculares escenas de persecución, peleas y amistes, muerte y misterio se pasan las más de 2 horas de film que nos dejan con el corazón en la boca, esperando la 2da parte. Corre al cine a verla, te aseguro que valdrá la pena :D
Pdta: Creo que el mejor preámbulo para ver Harry Potter y Las Reliquias de La Muerte es no haber leído el libro, así no sabrás que esperar. Ese es mi caso y resultó de maravilla.
0 comentarios