Cada cierto tiempo me topo con un artista que me emociona y me hace creer que aún hay gente con el talento allá afuera, lo suficientemente creativo para sorprender a crítica y público y darle una bocanada de aire fresco a la escena musical. Me pasó con Klaxons, con Ladyhawke y ahora con Florence + The Machine.
La música de esta novel artista australiana y su banda suena tan fresca y llena de energía que te atrapa desde la primera pasada. La base de sus canciones está compuesta por instrumentos poco comunes como tambores y arpas, una batería bien marcada y una voz estremecedora. A esto debemos sumarle su original propuesta visual: los videoclips de Florence + The Machine son un regocijo visual, complemento perfecto para su música. Pero detengámonos por ahora en su álbum debut Lungs.
"Dog Days are over" es la rola que le dio la vuelta al mundo y la llevó a los MTV Awards. Bastante curiosa, la canción abre con unas cuerdas dulces con guiños a "Somewhere over the rainbow" y la voz de Florence que se pasea en varias tonalidades sobre la melodía en la que repentinamente irrumpen los tambores. La alegría llena el ambiente, la canción sube, baja y termina apoteósica.
"Rabbit Heart" es otra sorpresa, el arpa juega con la percusión mientras la voz hace lo suyo en una canción que suena a magia, a fantasía. "I'm not calling you a liar" es más lenta pero no menos directa: Florence suena demandante mientras el arpa, el piano y los dulces coros la acompañan.
"Howl" es impresionante, el piano le abre el camino a una batería que hace eco mientras la voz va subiendo hasta terminar en un estribillo imborrable. Esta rola es de lo mejor del disco. "Kis with a fist" es un punto de quiebre: ahora tenemos un sonido más rockero con algo de folk y un tufillo a country, bailable y con mucho ritmo.
"Girl with one eye" tiene alma de soul, es la voz de una mujer que reclama con su voz (con el misma y con su música, es de las más intensas del álbum. "Drumming song" es otra maravilla, de corte similar a "Howl" aunque con mayor peso y variedad en la percusión. "Cosmic Love" es un viaje sonoro que nos lleva del país de las maravillas a recorrer la vía láctea: nuevamente la conjunción de arpa y percusión queda como soporte perfecto para los dotes vocales de Florence Welsh.
"My boy builds coffins" es más convencional, más relajada pero no menos atractiva. "Hurracaine drunk" se eleva sobre el resto, encierra esa sensación que tenemos al despertar de una siesta vespertina... nuevamente el arpa que hace maravillas. El disco cierra con "Blinding" y "You've got the love", canción con aires de pop rock, excelente elección para terminar con ánimo y complementar el mensaje del álbum.
Un álbum de muchos matices, que demuestra que cuando hay talento y buenas ideas se puede producir joyas musicales como estas. Imprescindible.
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